Depender

El sol sale por los cerros, es crema, rosa, mar, coral. Paseando por la rotonda, el paseo de los enamorados, pasa un abedul frente a un roble, desfile, de verde, musgo, carbón, sobre celeste; pero el paisaje es borroso, hay interferencia, fallas de origen, o fallas de receptor. Eres tú, no estás, o estás, haces sombra, no dejas contemplar, o necesito atenderte. Ya no puedes estar, no puedo atenderte, ocuparme más de ti, tu piso, tu sala, tu guardarropa; pero me comes, me come esta necesidad, esta falta de ti, por la mañana, después de la oficina, el programa en la hora pico. No estás, pero hago que esteś, me hablas, escribo una obra, un Pulitzer, un Nobel de Literatura, el estreno de este diciembre, tú eres el personaje, yo el galán, quedamos en que me hablas, vienes a mi casa, con tu equipaje, tu pañuelo, te come también, la pena, el tiempo perdido, por ir a donde el anticuario, el corredor de bolsa, por uno que tenga coche, maneje desde los 14, por agua caliente, bienestar, porvenir. Ahora, en mi puerta, lo que cuenta es volver, recuperemos el tiempo perdido, ser niños otra vez, te diste cuenta que yo era importante, ahora sí estás, quieres que yo esté, por los viejos tiempos, tu vanidad, mi buen gusto, mis valores. Qué emoción, tú quieres, te diste cuenta, me emociona, yo, el galán, de esta novela, lo pensaré, me haré rogar, pero al final volveremos, otra vez acudiré a ti temprano, te convidaré salir, ahora sí podemos, hay feria gastronómica, feria del calzado importado, tengo carnet de estudiante, lo lograremos. Hay peros, lucha interna, no me puedo resistir, imaginar, revolverme, caer en la arena movediza, el tornado, moverme lo que más pueda, para que me coma más, creérmelo, organizarme para ir, buscarte, todavía después de terminar, hacer todo más fácil para ti, ir por ti, atender tu vanidad, mis fantasías, todavía después de terminar, soy un buen chico, acomedido, dispongo mi tiempo, mi piel, para ti, detrás del prestamista, por otro crédito, desgastándome, apresurando mis deseos, o mi vida útil. Esto de imaginar, querer volver, no es más sano que querer un un móvil nuevo, vanguardista, o menos económico o contemplativo. Mucho pensar, más que en el estudio, o en la oficina, para perderme el universo, con las coyunturas apaleadas, y regresar al mismo punto. Pero no puedo evitarlo, o detenerlo. Esto de veranear, atender mi boca, mi sed, se demora mucho. Algún día pasará, mientras, me voy por un tres leches, y por la tarde, por mi móvil, respiraré, escribiŕe, dependeré de mí.

Comentarios

Entradas populares