1995

-Un paquete, una Coca, “Grás”, unas onces, como ayer, mañana, otras onces, bajo el sol, como un “loser” de Seattle, con el pelo mojado, una joroba, una barriga, una camisa, cuadros, degradé, por fuera, los náuticos pisados, camino a casa, pensando en el problema, porque la de los rizos es muy seria conmigo, o la profe no me determina. ¿Por qué no soy como mis “senpai”?, el año pasado se la pasaban en denim rotos, en el merendero, gastandose la mesada en nachos, un chico, los envueltos en el “parket”, y ya están en la Multinacional, ganando legal, caminando por la rambla, con rubia, pelirrojas, fragantes, bailarinas. Este era el año de “Juanito”, lo decía el horóscopo, en la “Life”, la “Sun”, la “Chic”, entregué la tesis de Lenguas y Estudios Sociales, me conseguí un último modelo, tenías los mejores bocetos, era el año de mi merendero, mi casa de campo, en la playa, con tejado de paja, mi “niña”, mi bailarina, mi sueño dorado, el amor de mis amores, revoloteando, en papel de seda, en la pluma de Bécquer, Zorrilla, mi Inés, para este Tenorio, claro que sí, después de tanto vacilar, no iba a ser más un pendejo, iba a decidirme, en el paseo de domingo, en sus quince, bailaríamos para siempre, tracé un plano, una estrategia, movimientos, “fríamente calculados”, el sol estaba de mi lado, la iba a romper en todo, el astrólogo dijo “Coma lo que quiera”, “Su corazón latirá de gozo”. Por qué, si yo soy formal, como le gusta a la flor de la canela, tengo “compromiso y dedicación”, mi cabello es corto, soy un buen peatón, hice las tareas, tuve tiempo para el entretenimiento, tuve presente no fallar, a mis tutores, mis apoderados. Desperté, claro que sí, no me diga así, yo soy despierto, estoy pilas, esto es un fracaso, quiero ser un ganador. Es otra mañana, después de clase, viendo a los de arquitectura, de arte, con sus maquetas, su pelo largo, haciendo jueguito, como si estuvieran en vacaciones, les queda todo tan holgado, sin barriga, y también van con rubias, pelinegras, tienen los mejores labios, las mejores piernas, ahora me acordé, de la azucena, de la tienda de discos, de la rubia del Sahara, de California, a veces como tan atrevidas, tan “descocadas”, en los 70s, serían unas diosas, en minifalda, pero ellas no son mis sueños dorados, son mayores para mí, me iré a mi cuarto, a soñar con ellas, alcanzar la cumbre, revolotear en notas de Lennon, Jagger, ellos son más atrevidos.

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