Cómo eres
Mesa, mi vaso, escarcha, lo que quedó de la cola, el cóctel, mi teléfono, ya te marqué, ya he ido tras de tí, no te encontré, se me ponía; y creo que ya no te encontraré, esta noche, mañana, algún día. Yo entiendo, tienes cosas qué hacer, ahora eres parte de la compañía, y seré, o he sido también, como la película, la saga, igual que la anterior, repetida, saturadora, tú ya quieres otra cosa, y al final tienes toda la razón, en darme ese mensaje. Tal vez sí soy insistente, no me sé otra, no tengo un último modelo, no pago impuestos, o el seguro, no me he ido del barrio de artistas, hago lo mismo, aunque convengo, he convenido, he considerado tu espacio, he dispuesto lo mejor para tí, la cita en el barrio mandarín, encuentros históricos, "cosplay", en la Capital, Harajuku, la función en el teatro, el baile de gala, hacer que te sientas inalcanzable, el primer retoño, después de la nieve, única, exquisita. Bueno, no podré evitarlo, como no he podido evitar ser tu héroe, en la penumbra, sirviendo a la justicia, y no puedo evitar sentirme, rebobinar, recordar, tu sonrisa, tus piernas, con tus jeans, tu calzado, todo nuevo, para cuidarlos, cuidarte por siempre, el paseo por el parque, los snacks, querer repetir, hacer realidad mi fantasía del sofá, el cognac, el más cotizado de la cava, lo necesito, te necesito, y más ahora que marchas, no quieres estar, o estar mejor en la caseta, el salón comunal, agunatando calor, empujones, ilusos, sin saber dar un buenos días, con algo de status, de categoría, como la que tengo para ti, y sigo creyendo que te mereces, igual cómo hacerla llegar, no estuviste, no estás. En fin, ahora seré de la compañía de danza contemporánea, de Río, la Campania, libre, sin otros asuntos, no me complicaré iré por mi música, mi baile, mis fantasías de la almohada. Tú también eres libre, como la onda sobre el lago, convendré siempre, puedes hacerlo, anda tras tu música, tu cóctel, eres responsable.
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