Qué hicimos
Abusadores, nosotros que nos quisimos, nos dejamos, nos fuimos, y ahora yo quiero volver. Amor si estuvieras aquí no quisieras volver, yo no quisiera volver, quisiera quedarme en el salón, el salón clásico, los paseos de Córdoba, Sevilla, Torrelavega, el París pequeño, hogareño, travieso. Creo que para mí, la profecía Maya se hizo realidad, es el fin del mundo conocido, o al menos del mío. Es como el fin de las fantasías, el gourmet con su "vermú", el abrazo suave, gentil, curioso, atrevido. Me da angustia, temperatura cuando no guardas tu distancia, me envuelves,me hablas al oído, yo también quiero un beso, ese beso que me pides, cuando nadie se da cuenta en la fiesta, y yo sí puedo darme cuenta, y puedo escuchar, mis labios les da angustia también, se ponen lisos, maduros, imponentes. No espero ni un segundo a rozar los tuyos, a la primera probada, llegar al templo, escuchar la primera nota del vinilo, vas a cantar, bailar conmigo, mecernos, dejarnos caer hasta el fin del universo. Creo que soy muy bueno para fijarme en todo, los detalles, los encajes, el encaje más tierno, donde es la cumbre, puedo caerme ahí, quedarme para siempre. Hoy también tienes los encajes, el algodón, las mejores marcas de la boutique, Janine, Louis, Giuseppe, Charlotte, los del paseo a la cervecería, las fotos, el aperitivo. Es universal, nadie se salva, yo tampoco, puede más el bienestar, el interés, todo para ya, la Bandeja de Entrada, no llegar tarde, el qué dirán, ya te tienes que ir a almorzar, a tu escaño en la asamblea, no va bien la aplicación de conversar sin costo, o el display, o el "cuchuflí", aunque se escucha muy bien, las fotos del álbum salen como recién pintadas, el extraño del pelo corto, ese nuevo "partener", tienen minutos extra, obsequio de bienvenida, cóctel, etc. Yo estoy intentando salvarme, escapar de este teatro de las redes sociales, la globalización, el consumismo. Ya sé que parezco un abuelo, todo anticuado, pasado de moda. Sí, tal vez, me gustan las cosas de antes, todo despacio, "slow", tomarme la tarde de almuerzo, hacer la digestión, la siesta, el "motoso", el amor como en la era de las flores y los mosaicos jugar al clásico del cine o de la tele, creer que podemos jugar, ser niños, somos niños, es universal, seguimos siendo niños. Qué hicimos, no sé, nos equivocamos, nos merecemos reconocerlo, respoder por eso, pero también aceptarlo, dar vuelta, retomar el salón, la moda, los juegos, las fantasías. No me he ido, ven cuando quieras.
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