Creo que me fascinas
De pronto estás, eres, aquí ahora, presente, única, natural, fabulosa, consentida, como en el jardín, la Provenza, la Campania, el Piamonte, sin tiempo, todo a su tiempo, con tiempo para caminar o quedarme a mirar o para unos antojos con mermelada. Aquí de pronto, estoy presente, en mi palco, mi centro, mi espacio íntimo, enredado, desapegado del tiempo, concediéndome un sabático, una merienda, un bombón que dure para siempre nada más contigo sin el mundo y nadie más. Aquí, ahora eres todo mi mundo. Quiero darme gusto que me gusta, quedarme, tocar, besar, hacer una fiesta, ser la verbena de fin de año, el desfile con su banda, el baile a medianoche entre papel, espumas, frutos rojos. Voy contigo, de mano, de abrazo, por el cielo, mirando el cielo celeste, crema oliva tamarindo, piel de tamarindo floreciendo de sus retoños. Quiero verte floreciendo, sintiéndote libre, al viento, tu pelo al viento, dejándote caer, quiero dejarme caer, que caigamos, sintamos, yo te cuido, no dejo que te manches o te pongan en penitencia. Yo te recibo entre algodones, seda, en el patio dónde jugábamos todos como antes. Escapar, caer, me da miedo también, desespero, no escapes, no escaparás, un rato más, un sabático más, hasta el fin del mundo, y de pronto no estarás y no tendré onces chocolate, me sentiré despojado tostado errante sobre la arena. Mi ruta es de arena, olivas, sol, frutos rojos, brisa, un atardecer, en busca de una fantasía, un clásico del cine, una chica de portada como en la Grand Premiere de aventuras de adolescente después de la guerra paseando en su Lambretta, su carabela en el mar, su sonrisa azucarada. sus pasos de bailarina.
Comentarios