Descansar o desear o desearlo


Aquí en el altillo, el café antiguo nadando entre los implementos antiguos cincuenteros para uso cotidiano, las fotos de cuando fuimos héroes solo una vez, recogiendo las migajas, las huellas de tus pasos altos en busca de tu dulzura, la aurora celeste mango maracuyá que me salvará de la oscuridad y del dolor y me dará el vivir por siempre. Pero tal vez es más dulce con crema pastelera con leche entera, especias de Nepal después del cataclismo, malogradas, ácidas. ¿Puede ser más dulce el picante? Claro que sí, más dulce que la aurora, la sobremesa antes de ir a los aposentos. Después de estar con tu amiga favorita dices que quieres verte conmigo a solas, que siempre pienso en ti. Me gusta pensar en ti, hacerte compañía a solas. Más me gusta ser niño otra vez, pintar con las manos nuestras mejillas, probar el fruto del arbol sabio, intocable. Ayudarte con tus pasos de seda, de dulce, no puedo evitar ser curioso, atrevido, invadir tu tocador. Ya no quiero tener mi traje inglés o ser Dorian Gray o el Príncipe de Gales. Me descubro, mi piel quiere tu piel, los secretos en tu piel, atravesar el desfiladero en círculos alrededor de tus piernas de seda. Yo quiero tiempo para mí, para lo que importa, desear, besar. Yo quiero dejar de sobrevivir todos los días para dejarme ir contigo por siempre, con tu hechizo, cogidos de la mano. Tras del frío de otoño el escondite está ardiendo, me siento tibio, ansioso, me llevan las olas, olvidar el código de seguridad, meterme en un lío, perderlo todo de un día para otro. No hay tiempo, yo quiero tiempo, un segundo, para susurrar a tu oído, hacerte llegar que me fascinas, te necesito, celebrar contigo, quedarme en mi deseo, tu deseo, tus rizos, tu sueño setentero, libre, femenino, interminable.

Comentarios

Entradas populares