Carolina

Rock, pop, "teen", baile, chubasco, agua, selva, los charcos. Yaz, golosa, arena, un raspado, un helado, "summertime", una "negra" de plástico, tela, ojos de esmeralda, un libro de aventuras, y está siempre, un botón de canela, con una boca, de cereza, de algodón, desbordantes, sedienta de salir descalza, jugar el resto del día, leer otra aventura en Africa, o en Viena, o ir al país del nunca jamás.

En el mismo cuarto, un tocador real, colores, sombras, algodón, seda, piel, de Grecia, Egipto, China, los primeros encajes, por primera vez pisar la tierra en puntas, las formas redondas, ser "Galatea", tener una piel que sueña, "Todo cambia y se renueva", salir al sol, y, con la punta de los pies, la cintura, las manos, ir al baile, al "Ritz", las islas griegas, subir a "Pegaso", o vale también, a una "Harley".

Noche, cielo, bruma, oceánico, tropical, la princesa, de los juegos, la villa, tararea como una niña buena, encoge los hombros, estrecha un micrófono, una palmera bailando, de cóctel, seda, rojo, piel, sobre flores rojo, verde, blanco, la niña juega a ser Connie Francis, Tongolele, la náufraga del "Laguna Azul", atrapa el mundo, le quiere gustar al "señor hombre", buen mozo que la mira con gentileza, en el cabello una azucena, un "la la la", un giro de seda,... no tengo ganas de despertar.

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