El plano perfecto
Niño, al escondido, buscando en el tocador de mi mamá, un atracón, pero de revistas, viendo la foto que me desvela, página completa, mi reina de belleza favorita, reina desde los pies, su vestido, su sonrisa, recibiendo su corona. Jóven, el humo de la tierra vuela, se abre un retoño carmin, cada vez más, de pronto, se abre totalmente, y me arrulla con una canción apasionada. Unos meses antes, con nubes antipáticas, es una muñeca, con su su lazo, su cabello en ondas, sus mejillas rosadas, pecosa, niña; pero viva, mujer, mirada, sonrisa, voz, todo de mujer. Un verano, otro, y la misma muñeca, "Adasa", hierba azabache, empaque azul, bloques de colores, música de Gibraltar, La Habana, baile, canto, manso, rico, explosivo. Después de andar mucho, en el campo de naranjos, una fonda, una mesa, estilo Tennessee, y un azahar, sobre marfiles, interpretando a Frank Sinatra, arrancándonos de la tierra; "Ring-a-Ding-Ding" no ha sido más sensual. Todavía en los naranjos, de Memphis, a la 5a. Avenida, "cocktail", orquídeas, cerezas, una rutina que acaricia las mejillas, muñeca de la fiesta, regalo de reyes. Viaje eterno, cuadernos acabados de paisajes, azucenas, margaritas, tallos, de palma, de seda, de arena, en pasos cortos, capullos abriéndose, creciendo más allá de su tamaño, envolviendo el mundo, duraznos, flores del mar, planos divertidos, atrevidos, exóticos, contagiosos, indecentes; pero, aunque he visto todo, y no paro de mirar, y seguiré contemplando, no he encontrado el plano que le gane a todos, el "secrets" de cómo ser linda, o cómo gustarme. Planos, imperdibles, reyes del carnaval, turnandose la corona, planos "Campari", escencia de la fiesta, yo, en búsqueda de la primicia, como aquella reina, "finder keeper", revolviendo todo, bañándome, haciendo una fiesta.
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