Elevado

Otra vez, probar, corregir, hasta que quede perfecto. “Mi cliente no tiene afán”. Todo debería ser así, como la Sagrada Familia, la “Pietá”, sin acabar, es más perfecto. Como tu boca, un momento, un ratico, me escapo de mi taller, me pido un ratico de tu boca, o de tus piernas, tu pañuelo, tu bolso gigante, cuando caminas, parece dos tazas de porcelana, de marfil, de nácar, del Amazonas. Me puedo quedar, toda la tarde, levantar una tienda, viéndote, esperando el bus, bailando sola, en tu tocador. Ya no me siento cansado, ya dormí, me siento más despejado, sensible, puedo verte. Estás divina, hoy estás a punto de caramelo, recargada, femenina, me dieron ganas... Tengo un minuto más antes de entregar. El cliente ya no llama. Me dieron deseos, de tocar, atrapar, esa florecita, pequeña, rosada, sentimental, junto a tu almohada, al reirte, jugando en el solar. Tus juegos, cuando te pones colorada, tu jardín. Te fuiste del chat, de la barra del “Pub”. Estaba pagando la cuenta, encontré algo, enredado en tus jeans, tus agujas, de diseñador, me dió curiosidad, dejé que se me cayera el vuelto, pude mirar mejor. Me acuerdas, cuando sea fin de mes, te compro los modelos que salen en el vídeo, de colores, violeta, blanco, “por fa”, llévatelos, puedes pedir el aperitivo del día, enredarte, en mis manos. Ya se hizo de noche, al fin termino mañana, más concentrado. Después vamos a bailar, al sofá, a ver si cómo me desenredo yo también.