Te acordaste

Hola. Qué hermosa estás. Esto es nuevo, después de una era, del baile, las copas, la bofetada, crecer juntos, desalojar el nido, el salón blanco, recorrer el mundo, el desiero, la selva, hoy es una mañana hermosa, sale el sol, hay flores, hoy eres la más madrugadora, amigable, exquisita. “Flashback”, “The Good Ol' Times”, volver a los clásicos, los buenos días, al conectarte, se vuelve una fiesta, cotillón, “coriandolli”, “patchanka”, en tus mejillas, tus curvas esculpidas por tu corsé, tus slack, tus “stilletti”. Jugando a “Cómo nos vestimos hoy”, te pusiste tus porcelanas favoritas, también mías, salir bellos, en una carroza, ante el mundo. Ser los personajes del cuento, llevar a Andersen al escenario, ir al baile de las flores, al jardín, cogidos de la mano, admirarnos, sentirnos. Bueno, ya pasó la era del fuego verde, del cobre, del hielo, estamos en la del oscurantismo, bailando con el sol, mucho tiempo; pero para mí, lo cuento, como si hubiera sido anoche, recién pintado, fresco, palpitante. Así es para mí también la final del 78', el lanzamiento del larga duración de la colegiala, lo que no puedo olvidar, me sacude de la tierra. No sé en qué andas, de vez en cuando te veo, de puerta en puerta, en la sinagoga, en la feria del automotor. Yo hago maestría, conservatorio, retiro, en el taller, atendiendo el sermón, las parábolas, las curvas de Bezier, he aprendido del mundo culto, de los orates, los valores, la conveniencia, y me uní a Cantoná, al movimiento “antisistema”, “antiengaño”. No sé en qué andamos, pero nos acordamos, regresamos, hoy muy tarde. Sorry. Tal vez es por tu estado de ánimo, tus necesidades, tus fantasías de niñez, eres una niña, juguetona, querendona. Ayer me asó algo terrible, me sentí devastado, yo también, necesito estar tranquilo, sentirme vivo, alcanzar la cumbre; necesito mi empresa, mi rebeldía, en contra del mundo, la desatención, el mal gusto; y en este momento no puedo permitirme más ser lastimado, expuesto en la plaza, desvestido, engañado. Yo también, me muero de deseos, de revivir los tiempos de ayer, recuperar el tiempo; estás dulce, fabulosa, como una bailarina, subiendo al “side car”, al convertible, quiero dejarme caer en tí, en contemplarte, en un abrazo, pero no, hoy no. Avísame, recuérdame, tú sabes lo que tienes que hacer, siente tu cuerpo también, tu piel, ama la naturaleza, bájate de ahí, reconócete, despiértate. Descansemos hoy, de pronto mañana, o tal vez, pasado mañana, algún día.

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