Faltabas tú

Y tu horquilla sobre tu frente, tu "hola", nativo, azucarado, en tu lengua, de tu alcoba, y tu rutina de baile, y de abrazo, y hubiera sido liviano, tibio, amoroso, por siempre. Yo tenía todo; después de vagar, con los indios, los "hippies", encontré la ciudad de marfil, de nácar, la gramola con incrustaciones, el guardarropa, me aprobaron el presupuesto, para hacer pan francés, vino tinto, rosado, dar la vuelta en globo. Y además te encontré, en el casco viejo, el mostrador, viendo la galería, la colección de oro del año nuevo, tan casual, infantil, lista para recoger, al amanecer, en el campo de fresas por siempre; y escuchamos la misma canción, la misma brisa, envolviéndonos, y tu eras "Lizzie", "Betty", "Mary", como en los anuncios, vigente, como nueva, clásica, primaveral, primer día de la estación, sol, verde, tienes unas medias nuevas, el vestido largo, enterizo, que esperabas por estrenar, desde tu tocador, nadie te alcanza, se compara contigo; yo, viajero, con mi sombrero, mi paraguas, tras de tu pañuelo, que me digas "sí", y después mirarte acudir a la cita, acercándote, musical, pendular, emocionante, una fiesta cuando vas caminando, hubiera sido una fiesta inolvidable, había conseguido las baladas, el canapé, la estola, los zapatos de baile, de caminar por París, que quería regalarte, y te antojabas de modelar, y el "Brut", la bebida espumosa, confidente. Bueno, todavía tengo las baladas, aquí estoy escuchándolas, y el Fox, mi gramola, aquí todavía es una fiesta, escapándome, una fiesta gitana, todavía soy gitano, viajero, con mi boína, mi aperitivo, sin saber si estoy arruinado, o qué va pasar mañana, todavía ando como ese tiempo contigo, sin pensar en el tiempo, en ese lugar, ahí, ahora, o bueno, también reproduciendo cuando tenía todo, y eras la que faltaba, y falta; pensando en completar el círculo, el beso, imaginándote bailar, como tú sabes, intencional, cerca, dejándome tocarte, caer en ti, viéndote, gigante, superior, inalcanzable.