Niña bien

Ahí va, por la Rambla, se tomó la mañana, durmió formal, no tuvo que desvelarse, o hacer pereza, se tomó su tiempo, camino a su estudio, no ha dejado su bolso, sus libros, su listón en su cabello, le faltan sus lentes; eso sí, dejó el uniforme, el colegio, el novio que tenía, se siente libre, a sus anchas, ha crecido, puede salir a donde guste; todos queremos, no la dejamos sola, puede contar con su gente, sus amigos, no pederá el parcial, entregará su trabajo, contará con todos, la cuidaremos, la mimaremos, la envolveremos, en un abrazo, en nuestro pecho, antes del café a medianoche, después de "happy", o la orquesta en vivo. Yo tampoco quiero dejarla, quiero acompañarla, posarme en su mesa, en su regazo, alcanzar sus pasos, habitar en su ajuar, o debajo de su mesa, tener la primicia. Pero no entiendo, yo quiero saber, esta fijación, en sus pecas, sus ojos, pero son un poco melancólicos, desvelados, cargados de café, estrés, de no pasar de un "suficiente", no poder ingresar a la cofradía. Bueno, igual, ingresará, ya es de la "family", pero yo no soy de su "family", de su gente, no lo seré, porque antepuso su estrés, su café espeso, extralargo, su gente racional, pensativa, sedentaria, competitiva, a mi atención, mis onces, mi "tres leches", mi vino tinto, mirando el atardecer, como viendo el Mediterráneo. Y me confesó que le gusta el bosque de bambú, la niebla, el riachuelo, los pajaritos, estar presente, contemplar, meditar cuando escampa, ser ella misma. Ya no me voy a creer sus ojos, su fatiga, su vanidad, si me dice que bailo muy bien, o que está "tite", o que la abrace. Oye, para mí puedes estar presente, despertar, no dejar para mañana, ser consecuente con tu cultura, liberarte, dejar la manada, quitarte el antifaz, recibir el sol. Yo sí puedo, mejor para mí, dejar así, yo sí quiero ver el sol, contemplar, vestir mi pinta submarina, mi pinta surrealista, "underground", yo sí quiero mi florecita, su vanidad, sus tacones, sus ganas de bailar, me acepta, le creo, se lo ganó, eso sí es ser "bien".