"Xocoland"


"Cacaombia", "Chocolenia", "Chocolistán", tierra del cacao, del Godiva, del Ferrero. Sus ojos son dulces. Sus labios cuando sale del capullo una sonrisa. Estuve seis noches en la casa del ritmo, el "Seven Sky", en el buffet, la barra libre, consumí sin límites. Yo le dije "juguemos a cantar", "juguemos al Top Ten Hits", al variety, yo jugué a ser productor, director artístico, asesor de imagen, ella a ser Jayne, Marilyn, Tongolele, en el foro, para la entrevista, el agasajo de cumpleaños. También jugó a ser la niña de la pava, los patines, a cargarme, a ser quien me cargó, y me cantó. probé de sus labios, sus juegos de niña, su curiosidad de mujer. La última noche, antes de tomar el charter, escapar entre la madrigada, la bruma, en su abrigo y sus escarpines, me concedió un "bis", un "tris", después la cereza de la torta fue con balada sesentera, plena, la movida de Colonia, la Rambla, yo quería una más, y después no más, bueno, parece que de todas formas quería también. Ha sido como en el musical, antes mis papás, impresionante, desprevenido, me encontró desarmado, sin la protección que necesito para no sentirme aludido con las mejillas coloradas. Oye, creo que encontré la tierra prometida, o la cueva de las maravillas, tengo más que el sultán, el emperador, el secretario general, o don Amancio, soy rico para siempre. Pero ahora estoy en un lío porque no solo quiero hacer el reclamo a la junta por dejarme solo, no hacer algo por mí para que estuviera con responsabilidad,sino que ahora que ya no hay barra, yo respondo por los intereses, ahora quiero más, no resisto quedarme así, en mi meditación, en mi quietud, sin encontrarla, estará en su camerino, su alcoba con sus cojines, de Turquía, Egipto, Ceilán; querré una suite más en su camerino, a solas. Al final he creado un scrapbooking, un "Trunk of memories", lo daré a conocer en La Gaceta, en las dominicales, junto a Rayo, Grau, los pintores, los "underground", leídos solo por la aristocracia, en su bungalows, antes del safari, ante un brioche y un capuchino, y por las niñas en busca de la tiara, ser princesas, revivir el cuento. Ha sido inolvidable, con maní, licor de almendras, Bourbon. Yo no debería preocuparme por no tener más, porque al final es candidato al Pulitzer, persistirá en la mansión en Selby, no se va a arrugar. Y porque en unos días vendrá el chocolate en estado puro, más puro todavía, desde Indonesia, Kenia, Santafé de Bogotá, muy rolo, muy glamoroso, lo mejor de la colección. Bueno, ya quiero que se venga, emulando el musical, el cierre, los aplausos apoteósicos, el "bonus track", la noche sin dormir, soñando despierto, queriendo siempre más.

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