Más conveniente

En la gran ciudad despierta jaranera, escribir en el barrio inglés metido en la oficina sin amigos, eso es conveniente. Que ocurra el sueño de Pigmalión o el de la chica del calendario siendo un niño de pregarado sin objetivos de ser alguien es más conveniente. Ir a la biblioteca o el revistero, rodeado de flores al amanecer aspirantes a la corona de belleza es como lo que quería. Pero para el sistema social rígido conveniente, ese niño de pregrado que quiere avanzar ser grande o ser el primero en el negocio no hay que distraerlo. Para el sistema tiene que cumplir los objetivos, no desviarse, dar los resultados, no ser un canalla rechazado sin derecho al mundo. Aunque al niño la chica de la portada ya no le simpatice o no sea como la vió en tele o en la primera comunión o se haya vuelto adulta conveniente con su gente y su sistema, eso no importa. Es la chica, es la elegida, estamos haciendo un proceso de much tiemp de prepararnos, cumplir los requisitos, estar a su nivel, conocerla, tener el banquete, ir a la mansión, tener la entrevista con sus padres, sus apoderados, todo con meticulosidad, con carácter, sin rodeos. Pero a ver, niño, se dejó el cabello lacio, se puso los jeans de moda, igual está bien, si el niño se concentra en sus motivaciones adoptar una postura racional adulta de conveniencias, la conseguirá. Todo es como William James, la accion y regulando el sentimiento así con carácter, comprometido, con entusiasmo y sale No hay que tener distracciones, menos en la dependiente empleada, común, aunque sea de la India, Tahiti, el Caribe se vea tan floral, adorable, exótica. Menos si pasea por el corredor en minifalda como en el desfile en el club antes del baile. Esos ojos, esas piernas de arena, seda, caramelo, están volviéndose un problema desviando del camino reemplazando las prioridades, los objetivos por pensamientos ordinarios, primitivos, infantiles sin protocolos o sin bozal. Para el sistema esos pensamientos de ir al cuarto del conserje, besar sus rodillas de rodillas, ser niños por favor, jugar, no tiene cabida, o tal vez a futuro con la persona de nuestra conveniencia. Esa dependiente, esa minifalda, ese tipo de personas va contra el reglamento, la moralidad del ecosistema, el buen comportamiento, seguir las reglas. Entre la elegida, la recomendada y la otra, la que va ahí caminando desfachatada hay que ver que es más conveniente. Entre invertir lo que corresponde aunque sea una fortuna en hacer vida, hallar motivaciones, estar seguro, ser seguro, ir a lo seguro, no improvisar, y entre ser niño, reir sin pedir permiso, escuchar la piel, algo es más conveniente.

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