"Connecting flight"

Aquí un plano de la cabina del piloto surcando el océano, inclinándonos, comenzando el descenso, contemplando tras la cortina, luz, sombra, penumbra, umbría, aurora, glacial, marino, en camino a Buenos Aires, Paris, Tokyo, después de tu sonrisa, tu voz delicada, azucarada, londinense. Todo es posible en la paz de mi casa con mi modelo a escala del 747 de colores del sol al amanecer jugando solo al charter sobre el Atlántico. Todo es posible contigo, dejar el cóctel, a Tolstoi, a Borges, el ser adulto con sus usos setenteros. Contigo he vuelto a pintar con las manos, pedir más postre, quedarme en mi litera, mi cobertor sin tiempo por siempre. Esperándote y que te quedes conmigo por siempre, juguemos con las manos, me cantes la canción del cuento de Andersen, me salves con tu sonrisa. Todo es posible pensando en ti de bombín, corbatín, seda, tacones de marfil, como la bailarina de ballet, de la escuela de samba, caminando por la plaza del Caribe o las Antillas con tus caderas, tus piernas infinitas de algodón, tu cono doble, de pistacho, maracuyá, frutos rojos, amarillos, confitados. Me puedes convidar cuando quieras con tu pandilla, tus hermanas del colegio, de la casa de los reyes del país lejano. Todas en mi alcoba, bailando la canción de los luceros, los confites, jugar a ser salvado de las aguas o el joven heredero de la corona. Mañana madrugar, ser adulto, cerrar el trato, proyectar el condominio no se compara con rebobinar y reproducir el viaje contigo, soñar con un mundo grande, interminable, liviano, todo grande, liviano, en un cielo hacia una ciudad con calzadas y parques y teatros, cenando una cena en un bistró, todo grande, interminable, liviano, todo todo todo. Me conformo con ir de viaje en cualquier momento de afán y entre el frío de la madrugada esccuhar tus pasos inalcanzables, continentales, femeninos. Tú eres mi favorita, la de los pasos, la cabina de clase presidente.