Yo quiero repetir


Después del café irlandés yo quiero repetir del pudín o el esponjado de maracuyá. Después de ir al escondite, al jardín de los cerezos después de llover a reposar por siempre que nos lo merecemos, yo quiero otra vez ir contigo a la estera tibia, el beso de cereza y crema pastelera sin horario o manecillas que dure para siempre. Después de todo eso, aquello que nos gusta antes de mediodía y al despuntar la tarde como después de clase, ya yo no quiero ir a la ventanilla o escribir el informe o extraer de la nada lo que sea con tal que mi jefe sea feliz, o menos infeliz o más feliz a sus superior, ya no quiero ser más el eslabón de la cadena de los racionales sin haber desayunado poseídos de hambre. No sé por qué es así con tu mirada oscura, reluciente en el salón blanco, el cielo blanco. Ya soy contemporáneo maduro sabio y no aprendí a elevar cometa o recorrer la rambla en los patines de baile, ni sostenerme en ellos, pero quiero volver contigo otra vez, a contemplar, encontrar el trozo de helado, crema, almíbar que quedó en tus manos o en tus mejillas o en tus labios como en esos días después de la cometa o los patines. Tal vez no aprendí a montar pero es como si estuviera contigo el domingo bajo el sol caribeño escuchándote cantar el disco de moda en busca de tu fresco o tu delicadeza en tu piel en tu tocador. Aquí estoy retomando todo más que todo con tu rostro de la portada del larga duración a ver qué rostro hago yo de embeleso o qué versos extraigo de la nada dedicados a tus labios cerezos cuando me consientes después de alcanzar la cumbre más alta por sobre todos los seres. También retomado la escuela de escritores, la carta de amor que ganará la mentoría con el maestro de las letras. Yo quiero escribir otra vez, contemplar, escaparme, no ser más del sistema, pasear en mi traje hecho por manos de mujer de paños vírgenes, acudir a tu puerta, tu alcoba, tus pies de seda y reclmar mi porción de mundo, mi bandera, tus zapatos nuevos como en la boutique por primera vez. De verdad todavía no sé qué quiero, el Nilo, un piso en Las Vegas, unos snacks y una cerveza en el parque de grandes ligas, o no sé, estar, quedarme, 'idle', 'comfortably', un vídeo musical más, tal vez escuchando mi deseo, mis deseos, la canción artesanal sesentera acústica o tus pasos pequeños femeninos en la mar después de llover en la rúa colonial, tu voz de paz por todas las generaciones, tu discurso de caramelo, tal vez tú me ayudes, con tu sastre nuevo, mañana con tu minifalda, tu 'sí', tu receta gitana.

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