-cartas.doc- Carolina

¡Hola! Eres, Caro, Carolina, hormiguita, koala, inquieta, coqueta, divina; bueno, primero, seré muy formal, me llamo Juan, soy arquitecto, vengo a la feria de vacaciones y he asistido al circuito, y te ví cantar y bailar. No sé cómo empezar, me siento en blanco, que quiero contarte cuentos, historias, y me siento también como invadiendo el parque, sin poder evitar pisar las rosas, y las azucenas; pero, sí quiero contarte algo, que quiero que escuches; haz de cuenta como si fuera un mensaje en una servilleta, algo de alguien que te quiera, mucho, o aquel chico, aquel "Señor Hombre", a quien cantas en tus canciones. Pasas, eres flor, retoño, estás en la brisa marina, hay pétalos, melocotones, en tus mejillas, hombros, manos, inquietos, traviesos, al compás de tus canciones; me gusta mirar tus pétalos, los dibujos que hacen tus pies, tus piernas, subida en porcelanas, cubierta en seda, pellizcos, parábolas, cuando bailas, ver tu boca, de salpicón, fresa, manzana, y querer descubrirte detrás de tu sonrisa, y cuando cantas, siendo la reina de tus juegos, estar enamorada; pero lo que más me encanta, es verte jugar, tus juegos de niña, y sentir ser grande, vestida de seda, portada de revistas, tener para ti la mejor mesa; buscándo aquello, en tu baile, de tu cuerpo de mujer, con minifalda, sandalias de tacón, vanidosa, y tu voz de azúcar, blanca, cuando dices "La la la"; apuntas, lanzas, puntaje perfecto; aún eres niña, está una niña, y ya robas corazones. En mi pecho, guardé todos tus "Las", y tus besos hacia tu público, todos de chocolate, en mi índice y mi pulgar, un collar, hasta los luceros; eres única, fabulosa, mi golosina, "traga" del colegio. Se despide, este señor, formal, con su corbata, esperando verte nuevamente, y contándote más historias.