Cavanero Azzurro


Lynda, femenina, divertida, presumida, exquisita, más exquisita, más que más, es risueña, campechana, "descocada",  marina, inolvidable, partenopea, ochentera, "azzurra", chocolatera, "positanina", napolitana, como un "scudetto" en el 87', o un gol "Matador", no nos vamos de Fuorigrotta, nos quedamos todos, con el sol, los papeles, Nino D'Angelo, el "Surdato 'Nnammurato", y después, en "coupé", "scooter", "jumento", por el barrio, la Toledo, la San Gregorio, "azzurro", "bianco", "nel blu di pinto ...", y además "rosso", "giallo", los colores de nuestra ciudad, todo es en familia, al abrigo, íntimo, tierno, me hace sentir a gusto, olvidarme, quedarme ahí, estar despierto, o mejor no despertar, "estoy enamorado". Un cielo al mediodía, primaveral, tibio, desnudo, celeste, como otro gol de la celeste, el "Matador", como Dieguito, Luisito, como en el Parque, el Monumental, dando la vuelta, se cubre de celeste, firma de celeste, cubre la sabana, la costa, el cielo; ella es mar y cielo, infinita, gentil, diáfana, intocable. Como esa tarde, el chocolcate, la radiola, o esa noche, en el banquete, frente al búho, el "cucú", quiero encontrar el saco vino tinto, fortinero, de tenis, de cuello ancho, el bombín con la cinta, el traje "Anni 50", los Charlotte, los Zanotti, romanos, ojo de pez, de plataforma, "argentinos", de fantasía, en el tocador, la rueda, así como quedó, después de la pachanga, cubierto de papel, rosas rojas, crema, sí, ya sé, la piñata, el "Cinderella", "bla bla bla", pero lo tuve, me siento lavado, cubierto todo, y ahora quiero eso, pulpa, azúcar, y no encuentro. Mi vecino, mi colega, chocolatero, de barrio abajo, río y mar, lo intenta con el collage, practicando computación gráfica, transcribiendo las líricas, tiene un baúl, un museo, tiene amigos, y no ha encontrado el tesoro. Yo sí lo encontraré, ya lo encontré, nos abrazamos, nos consentimos, me espera, como siempre, antes de clase, en su bicicleta, su uniforme escocés, académico, y tenía el dije y no me di cuenta, sino cuando estaba llorando, y la llevé a mi piso. Liberandola de las lagrimas, vestida para cantar, reinventándose, ganando la liga, es un sentimiento, unos antojos, mi sobremesa después de jugar. Yo también voy a clasificar, nos vamos a clasificar, somos distintos, veraces, bellos, de la ciudad, de la casa.

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