Como digas
"Así está bien". Por mí yo puedo. Trato hecho. Pero momento. Momento. No otra vez. Como siempre, ocurre eso que me atrapa, tu voz frutal, azucarada, tus encantos bajo tu corsé clásico, oriental, paciente, oculto y yo ansioso por robarme a medianoche, cogerme los bombones, los mangos, los tamarindos, dulces, exóticos, al sol, a la brisa del mar. Los tendré, te tendré, cumpliré la condición, cederé mi voluntad, mi opinión, haré la fila para opinar, cederé mi rancho junto al mar también, mi vista al crepúsculo, mi jardín después de llover. Pero lo tendré, ahora, y mañana, ¿sí? ¿mañana, pasado, el otro mes, después de carnaval, el otro milenio? Creo que no lo tendré, te molestarás conmigo por ser tan llorón, malcriado, insistente, o infantil, inocente, buena gente. Me dirás después "Tengo que decirte con mucho dolor...", no contaré más contigo, te pondrás la boína francesa del recital, la minifalda que no me dejaste ver estando juntos, los zapatos altos del día de la entrevista, irás a la feria con tu amigo, sin discreción por fin, y yo me sentiré inferior por no estar a tu nivel, no tener la virilidad, no reunir los requisitos, ser tan comprometido, diligente, estúpido total diciendo a todo "Así está bien". Ya se´por qué no insistí con la macedonia, el mango con sal, la fruta en la plaza bajo el sol. Una porción y ya. Ya sé también por qué me siento amargado y por qué mañana quiero más arar la tierra con mis manos como los antepasados, aunque me pierda de WiFI, HD, o una estufa. A propósito de perderme, me perdí muchas veces de elegir, de mi comfort, de mi felicidad. Podemos elegir, ser felices. Tú puedes ser feliz, yo puedo negociar, ceder, ser diplomático. Pero yo quiero hoy ser yo, mis fijaciones, mis utopías, acostarme hasta tarde, quedarme a jugar con los mirlos, con los retoños del jardín, recibir el sol, consentirme, olvidarme de mañana, despreocuparme del mundo. Me perderé de las tertulias de música en tu despacho, de tu lencería, de los viernes cuando estrenes tu maquillaje nuevo, tus escarpines chupetines en pasos cortos, exquisitos, escandalosos escuchándose de lejos, musical, sexy. O extrañaré creer que tal vez hagamos algo en la zona rosa y tenga un chance y aceptes ser el hada que me hechice. Alguien tal vez se pierda del baile de salón, la "Melodie D'Amour" con bandoneón, con las olas del mar, los besitos, la cumbre mas cerca al cielo, salvarnos. Yo no me lo perderé. Nunca más.
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