Hay que ponerse el traje

Aquí, en la U, no más clase, qué hay de nuevo,”Pato Loco”, una nueva con doble carne, o con pollo y champiñones, bien grandes; después, a la torre, al picadito, más toque, más baile. Pero, ahora hay más; un metro, un club, una bolsa, “Hannover '95”, “Cavernet”, ejecutivos, y ejecutivas, por supuesto, Sofía, María Helena, Claudia, pañoletas, liso hasta los hombros, sastre inglés, mini, “Pretty Polly”, “Julia Bella”, mi azucena, mi margarita, las quiero para mí, nadar en sus cinturas, en su bailar; pues, ya soy mayor, ya me puse traje, se abre un mundo, todo un ejecutivo, y pues también, hay que prepararse, adquirir un guardarropa nuevo, zapatos nuevos; hay que adquirir plasticos, una “Gold”, los documentos requeridos, hay que sumar puntos, ganar el torneo de ajedrez, el 1o. Premio de baile en la “Calle 11”, a ver si al fin la entrevista con la bailarina, una agenda copada, hay que estudiar, trabajar duro, “estar comprometido”, pues claro que sí, mis amigos ya tienen traje, mi mejor amiga me dejó de hablar, a mi hermano lo invitaron a la fiesta y a mí no; se va el tren, el avión, no sé en qué estoy fallando, hubiera sido el año mío, decía el horóscopo en enero, ya es diciembre, las mismas “pilchas”, el mismo desayuno, con mis flores, en mi almohada, teniendo fantasías, detrás del almacén, en el salón de clase, el bingo, envuelto en ellas, miel, fresas, cerezas, gozando lo que no tengo, por no haberme puesto el traje nuevo, o haber sido un gran borrego, entre el rebaño, sin poder de elegir, o escucharme a mí mismo.