Voy por algo

Voy por una picada, unas frías, una cita, un break en el trabajo, el almacén, el proyecto de grado. Unas piernas, de bailarina, de algodón, de arena, de canela. Un Must de Cartier, una pañoleta, unas cerezas, un especial, con frutos, crema inglesa. Aquí está, qué bueno, cuento con que está, me acepta, no me va a dejar, no me va a hacer llorar. No puedo dejarlo. Ni en sueños. Eso es una falta, una abominación. No he ido más en serio, es muy serio, es para mí ser aceptado en la maestría, la logia, mi Mundial, mi voto por un país más digno, más próspero, donde vivir, o tener una familia. Afuera, en mi casa, por el centro, el casco viejo, no puedo olvidarlo, es un asunto de estado, es un llamado de la selva. Me acuerdo de mi amiga, prima, compañera, el bazar, el reinado, las escapadas, no poder tocarnos, de la mona, rubia, albina,un sol, un manantial, de la sirena, de la balanza, todas, mis flores, mis platónicas, pero ya no están en la portada, ya no son noticia. Escuchando el arpa, el Concierto en la Llanura, mirando la campiña, mi nueva flor, mi nueva tentación, arrasó en las encuestas, agotó los abonos para el evento, yo quiero verla, así haga la fila, mi cuerpo la echa de menos. Es el fin del protocolo, los libros de Becquer, Unamuno, el romanticismo, antiguo, maleable, empalagoso. Escucharla en el auricular, sus pasos altos, “taperos”, sus manos, de España, Marruecos, Persia, eso sí es poesía, bolero, música de cuerdas, un pañuelo de seda. “Milestones”, tan cotidianos, elementales, unas empanadas, un vaso de gaseosa, los poderes de un cuarzo del centro, qué pasó esta mañana en la casa, se vuelven una Grand Premiere, encontrar el tesoro, cómo fue, en qué palo, qué tiempo hacía cuando fue el gol del título, cruciales, inolvidables, para escanear, reproducir en la cueva. Aquellos momentos de la temporada, la Liga, las medias nuevas de arena, escondernos del mundo, los tacones grandes, ir por unos fritos, unas espumosas, helados, frutos del mar, ha sido como en Laguna Azul, Fantasía, Love Story, inolvidable, que dure para siempre. Aprendí mucho,fui el más formal de mi promoción. Ya no está la mística, pero viví qué se siente ir por algo, con los labios, las entrañas, como si fuera ahora o nunca. Pues sí. Qu se repita.

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