Un motivo para escribir

Hoy, como después de la parrillada, las empanadas, frente al papel de arroz, el lápiz, queriendo repetir, como anoche, la noche anterior, sus manos de canela, tiramisu. Bella, por pares, su pies, sus caderas, sus ojos ebaneros, yo, intentando pintarlo, llevarlo al libro, al cine, recuperarlo, pero no sé qué recuperar, si no sé qué hacer, si no sé bailar, hacer los giros, mantenerme erguido, dejar caer los hombros, disfrutar el mundo. Ah no, angustiado, para nada, me conformo con una pieza, después otra, después otra, para mí el todo es que no se vaya, me deje bailando solo, se quede conmigo, juguemos, mecernos, realizar mis fantasías, como diciendo en el papel, al amanecer, más champú, más caramelo, y así fué como empecé a escribir, a ver cómo escribo, ser un Pombo, un Becquer, un juglar, así empecé cartas.doc, la Cabaña, las Onces. Por qué se ríen, hacen comentarios, para lo que escuchan, lo que bailan, qué saben de baile, o de raíces. Yo traje música, yo ocupo la gramola, la chica, después pueden todos, mi mamá, mi hermano, el anfitrión de la fiesta. Mis fantasías no son novedad. El aperitivo, el calzado, la lencería, el “freestyle”, todas las fotos del mundo, acaparar el mercado, jugar a ser príncipes, no es un “trends”, la moda, lo nuevo. En la era del colegio, el boleo, la Coca Cola, mis fijaciones oscuras, traviesas, eran con el “aguelulo”, el “Seven Sky”, Ricardo Ray, Damirón, Lucho Bermúdez, los monstruos, haciendo el “cuarto”, para el baile, el amor, la chica piel canela, vestida de blanco, celeste, fiusha, como una princesa, de Viena, y de San Juan. Yo en mi mesa, rayando, practicándolo en mi papel, donde no me da pena, no me pondré colorado, seré una prinola, bailaré como Caíto, Moisés. Y así, con esos precedentes, rocé, me acerqué, fue como real. “Flashback”, “Cuéntame cómo pasó”. La parrillada, sus pies de seda, el merengue sentimental. O el casete verde, paseando por el barrio del calzado, el “Mosaico Matancero”, bailando en puntas, de lápiz, de pincel. O la orquesta, la “Chica Gomela”, y mi graduanda favorita, cincuentera, parisina, lo mejor de la fiesta, el traje, la minifalda, las plataformas, los pasos de baile, en mis brazos, todo ha sido “Zen”, natural, el ciclo del agua, el arco iris, el manantial. Mis ídolos, mis piezas favoritas, Ricardo, Sergio, Lucho, “El Señor Embajador”, “La Temperatura”, “Manantial de Amor”. Y después, en papel, fiesta de papel, como en la “popu”, aguante, un sentimiento, estoy enamorado, de mi mulata, mi parisina, mi pareja de baile, ayer, hoy, siempre. Hoy, hemos cambiado, me gasté el dinero del tesoro, me fastidia no tener cómo, practicar la fantasía del calzado de temporada, el regreso a los 70', todo aquello tierno, travieso, en mi almohada. Ya dí la vuelta, en una liga de baile, tengo una chocolatera, la musiteca de París, Alejandría, tengo el pelo largo, mi cuerpo es liviano, no me da pena, sé bailar Fox, y todavía quiero bailar. Tal vez sea como un juego en el Juan Domingo, con “Gio” Moreno, un ramillete en el Camp Nou, como Las Flores de Andersen, pero sé que será muy “gitano”, con el calzado que nos gusta, sin poseer, hasta la mdrugada. Quiero seguir bailando, más fantasías.

Comentarios

Le Moustre ha dicho que…
En tus fantasías tiene que haber "algo" extraordinario que te ayude a recuperar el terreno perdido, puedes divagar más si quieres; nunca dejes caer los hombros.

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