Es la noche del fetiche

Es la hora de mirar, tomar el mando, sintonizar, el canal Azucena, el canal Jazmín, la galería de arte, del calzado, ver las flores, los retoños, los lotos. Ver desde la cabina, los clásicos, los momentos de antaño, el “show”, el baile de salón, el “pole”, toda la chatarra que pueda proyectarse, dulce, íntima, escandalosa, para ver en privado, en secreto, que no haya nadie. Después, es la hora de “Café Concierto”, la de la gramola, los éxitos de CBS, “Víctor”, “Barclay”, a media luz, en el sofá, la alfombra, junto al fuego, “dangling”, escuchar los favoritos, enteros, por pedazos, avanzar, rebobinar, mover la aguja, hacer que suene acústico, “AM”, en la capilla, el Colón, como la primera vez, recordar los juegos, el chocolate, después del chaparrón, ahora sí suena muy bien, después del “refrain”, aplaudimos de pie, es la cumbre. Para mí es urgente, yo quiero rebelarme, estoy muy confundido. Me siento como un producto defectuosos, de la fábrica, del sistema, diseñado para hacer la fila, lo que el mundo diga, para jugar, después de los deberes, ir al campito, pintar, ser persona. Quiero rebelarme, de sobrevivir, conseguir dinero, ir a la bolsa. Ganar dinero con mis fetiches, fijaciones comerciales, rentables. Lo intenté, no es una buena idea, casi me vuelvo loco, me dió rebote, es estresante, esclavizante, bizarro, es concederle al mundo comercial, mi juego, mi rey, volverme un gobernante egoísta, un cómplice, un traidor. Ya lo mastiqué, seguí las opciones, después se me ocurrirá, después de llover, como la niña, en su piel, saldrá el sol, florecerá, de la tierra húmeda. Ya pedí al lucero, en la ventana, practicar todas mis fantasías. Quiero ser bohemio, dejarme el pelo largo, a mi chica, te quiero a ti, olvidarme si es lunes, o domingo, de la feria, el costo del combustible, el invierno en Europa, verte, escucharte, bailes, cantes, para mí solo. Lo quiero, lo he querido siempre, no ser como mi primo, que sea como él, que tiene tres trabajos, es un “sacrificado”, a todo dice “sí”. Yo quiero ser también, de vez en cuando, como ese actor, ese jugador famosos, que por ser como el héroe, de la novela, la revista, frente al espejo, o no dejar el potrero, cobra miles al día,e invierte en coches, vino, mansiones junto al mar. Yo también quiero pintar, cobrar miles por eso, invertir en una boutique, en entretenimiento gourmet, crear una Playboy, un Cirque Du Soleil, pero también hay que acogerse a las reglas, llevar a la mesa el trabajo el balance, o comprar el ocio, el espacio, para ser niño, o estúpido. Yo quiero seguir siendo estúpido hoy, aunque me quede solo, ser “indie”, mi placer gratis, que no tiene precio, mis fantasías, mis antojos, absurdos, corridos, ser “dulcemente perverso”, que seas mi cómplice de mi locura, y yo de tu vanidad. Andaremos livianos, no nos dará influenza, viviremos más, seremos más bellos, más exquisitos.

Comentarios

Juan Tune ha dicho que…
ah sí, mi primera noche en latonería y pintura (.

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