Un soñador
A veces soy cambiante, paradójico, una nave, vagando, a donde me lleve el mapa del cielo, impredecible, eso sí, siempre, “desconfiable”, volátil, explosivo. Las tareas, la maqueta, la granja, la sinfonía, mucho qué hacer, y no me quedó tiempo. Pero para ir en tu búsqueda, atravesar el mar, por ti, tengo hoy, mañana, toda la semana. Y desocupando la despensa, revolviendo las revistas, en busca de ti, de una respuesta, de ese encuentro pendiente, en una foto, una esquela, de la fiesta, la gran gala, como que es evidente, hay algo en ti, no sé por qué hasta ahora, puedo sentirlo, no tenía idea, pero, tú tienes la lira la rosa, yo el verso, el toque, tenemos lo que necesitamos, combinamos, con armonía, con pasión, buscándote, ya sé, eres mi media manzana, “el amor de mi bohío”, con quién caminar, bajo la bruma, viendo el cielo fiusha, celeste, cogidos de la mano. Me haces sentir, en tu foto, tu sonrisa, tu piel con tu vestido nuevo, tus hábitos, de gitana, de nativa, imaginándote, después de tu tocador, caminando, al té, altiva, altisísisma, quiero estar ahí, ya no puedo estar en mi mesa, mi taller, no quiero perderme de ti, quiero encontrare, tras tus pasos, en la esquina, a escondidas, retenerte, robarte, escaparnos, me haces escapar, a mi mundo, mi Grand Premiere, la escena del encuentro, furtivo, en los 80, en París, Roma, temblando, refugiándote, en mi abrazo, mimada, apasionada, como loca, como locos, me enloqueces, pero no soy un demente, o un malhechor, en la sombra, esperando a su víctima. Mis fantasías son contigo, quiero practicar contigo, quedarme contigo, olvidarme del mundo, la maqueta, el “Storyboard”, no hay forma, no puedo continuarlos, qué desespero, juego contigo, a policías y ladrones, no quiero perderte, eres una tentación, estaba dormido, una eternidad, era tan evidente, tu voz, en el auricular, en tu tocador, tu canapé, tus cumples, desperté, se me ponía, mañana miraré la revista, escucharé los clásicos, la música de la fiesta, como de 5 años, en “Mágico Mágico”, en Baton Rouge, nadaré en ti, y algún día, este fin de semana, el día que aceptes, mi postre, por favor, no lo tomes a mal, no me rechaces, el amor llama, así, en la puerta, como un niño, como volver a casa.
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