Cuidame

Estás, acudes, te tengo, yo te cuido, yo te dejo que no te hagan daño, del viento frío, de estar sola, que el tiempo pase, te pase algo prematuro, sin haber visto el mundo, recorrido caminos, probado los postres, las mejores delicias. Oye, todo es tan ruidoso, el silencio no está, los mirlos, los copetones, las hojas meciéndose, mi pulso, mi vientre, necesitamos escapar, apurarle, sin tiempo de contemplar, o mirar hacia atrás, no he podido conciliar el sueño, o encontrarme conmigo mismo, tengo muchos asuntos, las cuentas, los litigios, no puedo darme lujos, de perder el tiempo, en perder el tiempo, no falta el dinero, no puede faltar, hay que estar un paso antes; es que se acerca, viene muy rápido, nos va a comer; pero yo te cuido, te necesito, podemos hacerlo juntos; ya lo hemos hecho, en la era de las memorias, la limonada cerezada; fuimos como Bonnie & Clyde; yo he sido un señor, gané el premio; y tu has sido tan genial, elegante, culta, con tu cabello, tu cascada, así, nativa, frutal, tus pasos de lila, de esmalte, que nos merecemos repetir, recorrer el mundo otra vez; el mundo espera por nosotros, volver triunfantes, y también no dejar pendientes, ir a la Citté, hospedarnos en el Mirador, ver el amanecer, meciéndonos en un sofá, en una terraza, sin complejos, obligaciones, entregar el artículo de investigación para el jurado. Yo puedo quedarme, en mi templo, mi retiro, mi "vipassana", pero me invades, te asientas, en paz, sin forzarlo, con música, con tu piel, tu sonrisa; eres una tentación, el alto en el camino, en la selva, después de recorrer día y noche, delicada, íntima, tibia, una luz, la luz que me guía, me protege del frío, el permanecer, inerme, helado, rocoso. Yo te cuido, te abrazo, te llevo al sofá, bajo la escalera, te contagio mi calor, mi compinchería, ya lo tengo casi listo, mi negocio, mi bolsa de valores, podemos jugar, sentirnos libres, disponer para ti mi espacio, mis juegos, mi cobertor, relajes tus hombros, tu vientre. Te espero siempre, te consiento siempre.