Perdido en un barco

Yo también salgo en un crucero hacia el mar, puede ser, al Caribe, al Mediterráneo, al Adriático. Salí, hace mucho, desde la era de Natacha, Vanessa, la mesa de dibujo, invadir hojas reciclables, deseando salir del colegio, para ser el mejor ilustrador del mundo. Voy camino hacia Itaca, en el horizonte, aurora, miel, se escucha muy rico. Pero, estoy solo, voves, sombras, en las salientes, en cubierta, estoy rdeado, se tomaron la nave, están todas. Amazonas, sirenas, todas me son familiares, todas las he encontrado, en mi viaje, conviviendo con todas. Me invaden, me agobian, me siento sin aire. Un velo de seda, un paso de baile, un paso, un giro hacia adentro, en tacones, una palmera, danza del vientre, una flor, después de otra, y después, regresa, me deja solo. Están todas, la azucena, la margarita, el girasol, una albina, mulata, colegiala, CEO de la fundación, en paño inglés, “leather”, todas envueltas, de fiesta, de graduación, en carmín, sombras, aguamarina, arena, plataformas. “Anni 50”, “Anni 70”, no puedo evitarlas, cubrir me de cera, no puedo olvidarlas, quiero seguir escuchándolas, contemplándolas, capullos, ninfas, auroras; quiero ser loco, tener más fantasías, en el parque, en mi alcoba. Pero, no naufragaré, no amaneceré en las rocas, en los huesos, no me enfermaré. Todo es sano, es tierno, si quieres, quédate en tierra, con los viciosos, abusando del alcohol, los estimulantes, enfermándote, destruyendo la tierra, sin poder sentir, de verdad, como un niño, ser otra vez un niño. Aquí, en el barco, en las onces, se es loco, se ama, se desea; hay miel, con griego, suave, almibarado, caliente; se cuida, como el retoño de la mañana, se cede el paso, la silla, se abraza, se besa, se toca, se convida, un capuchino, un paseo, unas medias. Es un diario interminable, ya hice un centena de páginas también, voy a celebrar mi centena, voy a ir a la graduación, voy a seguir paseando, a quedarme con las sirenas.

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