Este es el diario sensible

Año de la feijoa, solsticio del ártico, día de los claveles.

Querido diario: Estaba esta tarde en el parche, con José, “Tarzán”, el resto, hablando de mujeres; cuando se acercó una, a convidarnos a unos seminarios, de alta escuela, a ser jóvenes profesionales, con Ph.D, doctorado, y ocupación en Bruselas, en san Petersburgo. Estos, naturalmente, se volvieron sabuesos, a hacer a ella ojos, a contarle chistes. Yo me quedé viendo sus ojos de oliva, su “top”de terciopelo, y sus zapatos altos, nuevos, también pasos de terciopelo. Después me fui, con una pereza, porque no puedo quedarme, tengo que volver, al comando, a la trinchera, a montar el campamento, leer a Aristóteles, Platón, Tolstoi, en medio de las balas, los elefantes blancos, estos complejos, por querer ser competitivo, ganar la pasantía en las Naciones, que me quieran, me dejen jugar, y no tengo tiempo para irme de farra, o ver el paisaje desde los cerros, abrazar los pinos,y me dio pena, decirle a esa florecita de terciopelo “Hola”. Pasó, se fue, como una muñeca, una Barbie, voz de muñeca, de miel, de pan, venida de Grecia, deidad, dorada. Yo no entiendo, qué camino seguir, resolver el laberinto, para ser parte de la sociedad, ir al banquete, a la verbena, por qué necesito hacer la fila, esperarme, para tener chicas, y ella está ahí, altiva, alta, en sus tacones, libre, “cosechable”. Es tan adorable, distinta, ahora lo escocés está pasado de moda, todas quieren ser alternativas, hacerse piercing, usar atavíos de cuero de segunda, tenis, como los de Chespirito, pero ella es rebelde, está a la moda, con su terciopelo, sin un tiro, con dulzura. Es un Chevy, un Coupé, en la fuente de soda, escuchando a Roy Orbison, The Monkeys. Yo quiero también realizar la fantasía del casco viejo, con mi prima, paseando en la carroza, que sea como yo quiero. Pero, por ahora, quiero que no se termine, que se quede, regrese, contemplarla, sin querer nada. Qué pena, en la universidad, seré profesional, me pondré traje, no puedo hacer tonterías, no puedo ser un esperpento. O está bien, sí, soy un esperpento, un mono, primitivo, no puedo ingresar a la sociedad, no sé hacia dónde voy, o qué siento. No sé qué siento, pero es tibio, dulce,es un banquete, dátiles, miel, en el desierto, es una bailarina, quiero tocarla, sus manos, sus tobillos, si soy profesional, tengo un grado, ya no es importante; no hay línea de tiempo, todo es el presente, la tocaré, la abrazaré, o tomaré el seminario también. Es muy linda.

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