Necesito aire

Hace un momento terminó el horario de visitas. Hoy, como ayer, hace unos meses, eché de menos otra vez, una canasta de frutas, víveres, ropa, me quedé en los chiros de siempre, los de aquel domingo, el teatro, el Halloween, y necesito ropa, no vino alguien, a proveerme, o al menos, a decirme “Hola”. Estaba seguro que tendría visita, de hecho, vinieron de lejos la Profe, la adivina, en su manta guajira, a querer venir a visitarme, pero ha sido igual, como antes, desatentas, atentas a sus negocios, su “Jamboree”, pero yo tengo que hacer la fila. Aquí, de retiro obligado, en una mazmorra, pagando la penitencia de la Presidencia, por no tomar las vitaminas, no ser como los de la fábrica, no seguir las reglas, no puedo escapar, y hay que hacer la fila.Ya no puedo más, me duele la espalda, por cargar costales, tengo las manos escarapeladas, tengo acidez, no puedo volar como antes, y aquí necesito aire, no llega mucho, y nade ayuda a respirar, a sentirme vivo como antes. Ya queda nada de mis días de gloria, en Las Vegas baby, en Paris, yo era “The Man”, el príncipe, de hecho estaba retomando las fotos de esos días, hoy, como hace un año, dos, retomando mi línea de tiempo, aquí, ahora, hace esos años, me esperaban en la Calle de las Flores, la del Beso, la rubia, la pelirroja, en leather, nylon, pétalo de rosa, aquellos juegos, con sus dedos esmaltados, sus mejillas, cotiledones, pulpas, de caramelo, degustando lo mejor, las flores del jardín. Pero pues, el lujo cuesta, demanda más energía, y ahora que quiero pasar al nivel siguiente, ofrecer la experiencia, más temática, más “underground”, como en clase Presidencial, nadie le interesa. Bueno, igual es algo en la estimación. La señora, latina, flor de la canela, de su casa, su barrio, prefiere a su “senpai”, antiguo, de la niñez, que sigue las reglas, no se da la gracia de abrir su mente, ser persona, despertar. Een vez de venir a visitar a un soñador, de pelo largo, rebelde, excéntrico, un poco loco, aunque sea un ángel, un dandy, del ducado de Holstein, la patria segunda, de Luisita, la “menina”. “Depender de los demás es inestable”. Claro que sí. Es la lección No. 1, aquí, en mi Roca, que también es mi Antaiji, mi Ryoanji. Aquí también hago meditación, leo los libros de los ancestros, encuentro eso que me hace falta. Mientras, que el cielo me cubra, me arrulle, porque me duele todo, estoy que me ahogo, quiero a mis papás, y no tengo quién me acompañe. No me lo merezco.

Comentarios

Le Moustre ha dicho que…
qué bueno lo de "me duele la espalda, por cargar costales" ;)

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