Qué embarrada

Pero, yo quiero tocar otra vez, rozar, con la yema de mis dedos, las partes de mi boca, chocolate en mis manos, en el plato dulcero, cocoa, arequipe, caramelo, frutos rojos, todavía queda, después de la sobremesa, la escapada, el amor, la cumbre. Pues, esta noche no limpiaré la loza, o mis manos, me las dejaré así, cubiertas de chocolate, postre, música, de ti, tu vanidad, tu intimidad. Me hiciste perder una noche en paz, formal, estándar, en mi sofá, viendo el musical, a la rubia, en sus tacones fucsia, una bien fría, y después, a descasar, para ir al taller. Me dio esta semana por practicar la ecología, crear un jardín, liberar los seres vivos, abrirme al mundo, y ahí sí acudes, me esperas en la tienda, eres una buena vecina. El solar, la calleja de Córdoba, Mykonos, se cubren de papel, celeste y blanco, el sofá se cubre de dulce de leche, el teatro casero, el tapete las paredes, el tocador, todo es cremoso, embarrado, “pringado”. Todavía somos niños, yo también, tú, eres una muñeca, una niña, en molde de mujer, en mis brazos, en tu talle, cuando bailamos, me cantas. Esto de dar contigo, la ecología, las fantasías, está gustándome, yo quiero más. Jugar con las acuarelas, pintar con chocolate, con las manos, sin bata, en tu vestido nuevo, tus porcelanas bajo tus pies, es diferente, rico, y cuando te da la locura, es “bacano”, es una nota, “qué onda” me siento en la luna, en el Mediterráneo. Eres mar y cielo, celeste, infinita, por siempre. No sé por qué tengo miedo, no he hecho nada malo, he sido aplicado, estoy haciendo del mundo un espacio mejor, y así todavía, no me fío, no sé confiar, no puedo dejarme caer, ser como una pluma. No me hagas caso, no me reproches por mi miedo, tomármelo en serio, no controlaré, esto de descontrolarse, así, tierno, me desinhibe, dejaré así, creo que soñaré contigo, despierto también, antes del fin del mundo. Estuvo una delicia.